MERCADO FILA (MERFI)
INTRODUCCION
El estado de emergencia en el que nos encontramos desde hace dos meses a causa de la pandemia generada por el COVID-19, ha venido desnudando casi sistemáticamente, la fragilidad de muchos de los componentes que estructuran nuestra sociedad. La economía, la educación, la salud, la ciudad, entre otros, han sido sometidos a arduas pruebas, muchas de las cuales no han podido ser superadas.
En ese contexto los sistemas de abastecimiento alimentario de las distintas urbes peruanas, rápidamente evidenciaron sus falencias, animados activamente por las medidas de cuarentena y restricción comercial impuestas por el gobierno, convirtiéndose en puntos de escandalosa atención, siendo los mercados, especialmente en la última semana, los principales focos de contagio y propagación del virus.
Dicha evidencia ha despertado la responsabilidad social de muchos profesionales, quienes con sus postulados han venido sumando información valiosa para la construcción de mecanismos que permitan, no solo resolver la urgencia de la coyuntura actual en sus distintos ámbitos, sino también cuestionar nuestras formas de relación, para, en algunos casos, someterlas a procesos de revisión estructural a posteriori.
Frente a este escenario, un grupo de arquitectos y urbanistas de Lima y Huancayo, hemos formado un colectivo para discutir esta problemática específica y sumarnos al esfuerzo colaborativo en pro de ralentizar, mitigar o controlar, si se quiere, la expansión de este virus.
Durante las últimas semanas se han compartido en redes, múltiples propuestas originadas en el Perú y otros países, con el mismo objetivo mencionado líneas atrás. Propuestas de expansión de los mercados existentes hacia las calles circundantes, propuestas de reorganización espacial, de disminución de aforos, de nuevos protocolos de salubridad, de implementación de nuevos mercados satélites fijos y móviles, etc…
Todas estas propuestas, de bajo costo, baja tecnología y sobretodo rápida implementación, han permitido llevar a muchos rincones del país, recursos necesarios para la alimentación de la población desabastecida que, ante la imposibilidad de acceder a los mercados mayoristas, ha encontrado estas importantes pero insuficientes alternativas. En efecto, todos los esfuerzos realizados deben seguir multiplicándose, pues lamentablemente el virus también lo viene haciendo de la mano de estas iniciativas.
Es por esto que a partir de todo lo mencionado, elaboramos algunas ideas que parten de una premisa fundamental: Debemos cambiar nuestros hábitos y formas de compra en los mercados, principalmente en los minoristas, si sabemos que el contacto físico es el principal multiplicador de la pandemia.
1. Las filas. Bajo un contexto de normalidad y más aún en este estado de emergencia, las filas son un común denominador. Es difícil imaginar escenarios comerciales donde no hayan filas a excepción de los sistemas de delivery, los cuales no son servicios masivos.
Bajo los esquemas actuales las filas son mecanismos de tiempo muerto que extienden peligrosamente la permanencia de las personas en los centros de abasto, exacerbando los ánimos de la población (especialmente la desatendida) generando en muchos casos ya comprobados, caos y descontrol, los cuales entendemos, pueden seguir empeorando.
2. El contacto social. Las dinámicas comerciales generalizadas actualmente en los mercados propenden el encuentro e intercambio de un comprador con tantos vendedores como puestos de venta hayan, aumentando ostensiblemente los riesgos de contagio. Esto es aún más peligroso cuando se evidencia en muchos casos la intensión de promenade o paseo distendido por parte de los compradores, quienes seguramente agobiados por el encierro e impulsados por los esquemas feriales implementados hasta el momento, encuentran en la salida al mercado una forma de distensión. O por el contrario, mercados abarrotados por cientos de personas que quieren entrar pero no lo logran por la poca capacidad de aforo, deficiente logística del sistema y reducido horario de atención.
CONCEPTOS GENERALES
Se plantean dos propuestas basadas en un sistema de MERCADO FILA con algunas variantes sustanciales entre sí, bajo un concepto de flujo lineal con un solo ingreso y una sola salida. Aquí la interacción comercial se da en puntos específicos y controlados (puntos de pago, de orientación) a la vez que se establecen flujos generales que todos los compradores deben seguir de manera ordenada para obtener sus productos, los cuales estarán previamente empacados en cantidades estándar (1-3-5kgs por ejemplo) para conseguir mayor fluidez en el sistema (por lo tanto, menor tiempo de estadía en el mercado y menor contacto físico) y mayor capacidad de atención a partir de la alta rotación.
Enfoque socioespacial.
1. Dispersión estratégica: Con el fin de llevar el servicio lo más cerca posible a los consumidores de modo que estos puedan acceder a pie, se propone que estos se ubiquen en las losas deportivas que típicamente encontramos en parques, colegios u otras instituciones en prácticamente cualquier barrio a nivel nacional.
2. Priorización de la población vulnerable: Las intervenciones deben priorizar las zonas más desfavorecidas de las ciudades, las cuales se ubican principalmente en barrios tugurizados o barrios periféricos por lo cual tienen por un lado problemas de alta densidad y aglomeración en zonas comerciales y por el otro, carencia de ofertas comercial y necesidad de largos desplazamiento.
MERCADO FILA TIPO A. CONCEPTO “COMANDA”
En esta propuesta, se trabaja el concepto de “comanda o lista”. Las personas entran al mercado cumpliendo los mecanismos de control y salubridad en el ingreso, en donde a cada comprador se le da una lista con los productos que se ofertan en el mercado. En un primer recorrido de la fila, el comprador llena la lista con los productos que desea llevar. Un veedor recibe la lista y conforma grupos de 10 listas, las cuales son entregadas al grupo de empacadores que se encargan de armarlas mientras los compradores continúan haciendo la fila. Al final de ésta se encuentran los puntos de verificación y pago de los productos, para finalmente salir del mercado abriendo el espacio para otra persona que quiere ingresar.
En un esquema variante se pueden disponer dos filas divididas por una góndola de productos esenciales. La primera fila funcionará como fila rápida para personas que quieran adquirir hasta un máximo de 5 productos. La segunda fila, será para una cantidad mayor. Esta fila, naturalmente tendrá un flujo más dinámico, generando menor tiempo de permanencia en el sistema.
La góndola que divide las dos filas se establece como un elemento móvil, de manera que permita regular el número de plazas de cada fila de acuerdo a la demanda, es decir que, analizando los porcentajes de población que compra más de 5 productos se puede regular la capacidad de cada fila para optimizar sus flujos. En dicha góndola, solo se expenderán productos esenciales.
MERCADO FILA TIPO B. CONCEPTO “GONDOLA”.
Esta tipología de mercado propone un proceso de compra en el que la fila se da en pasillos con góndolas a los dos costados (similar al sistema de cajas rápidas de los supermercados). Los compradores irán tomando los productos que requieran (los cuales estarán pesados y valorizados) y al final de la fila accederán a la caja para pagarlos. En esta opción se considera el contacto visual del comprador con los insumos, encontrando solamente tres opciones de peso de acuerdo al producto.